Hace 10 años, cuando llegué y empecé a trabajar, se me presentaron muchos casos de fibromialgia, a los que hacía un tratamiento de ventosas escarificadas, extrayendo los humores del cuerpo y aportando una recuperación bastante notable. Una clienta, en concreto, fue la más sorprendente ya que tras muchos años de dolor y cansancio, con 36 aňos de edad, un tribunal médico decidió darle la jubilación absoluta. Una vez retirada, se dio cuenta de que no quería la vida que tenía y decidió cambiar. Rompió su matrimonio y se marchó a vivir sola con sus hijos. Decidió quererse... Comenzó a hacer ejercicio, dentro de los límites que al principio tenía, a reducir la medicación que estaba tomando y su cambio fue total.
La fibromialgia es un conflicto de doble obligación. Son personas que están bloqueadas en las historias familiares. El conflicto central es el de dirección, otro es el desvalorización con respecto a la familia, sobre todo. Lo que hago o dejó de hacer, tener que asumir el estar con una persona o situación. Miedo a la muerte de identidad propia. Por todo ello se podría decir que las ataduras familiares son clave, la dirección que se está tomando no gusta, la obligación de estar y hacer aunque no quieras y el sentirse imprescindible.Una de las claves es empezar a quererse y disminuir las ataduras familiares, no sentirse obligado ni contradecirse uno mismo, haciendo todo en plena consciencia.
Sin temor, y desde la verdad y el amor, todo llega a un equilibrio. Esta es mi verdad y no la vuestra. Bendiciones y gracias, gracias, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario