¡Buenos días!
Voy a contar una anécdota muy interesante que significó mucho para mi.
Un amigo... No. Más que amigo, uno más de la familia. Es uno de los
mejores médicos de corazón del mundo. Al
empezar sus estudios creó un hospital, junto a cuatro compaňeros, para ejercer la
medicina y seguir investigando.
Él pertenece a una familia muy creyente, son personas muy bondadosas y atentas. En Noche Buena siempre
invitaban a su mesa a una persona que no tuviera nada o estuviera sola para,en
una noche tan seňalada, compartir todo lo que tenían en
ese momento.
Tal noche como el 24 de diciembre
le tocó guardia en el hospital y recogió a un vagabundo, con el fin de hacer un acto de amor. Quisieron comprobar que se encontraba bien
así que le realizaron todas las pruebas
necesarias. Una vez comprobado le
informaron de que ahora lo baňarian, le cambiarían la ropa, le darían la cena, dormiría en el hospital y al día ssiguiente
se iría a la calle, que es donde quería estar... A lo que el hombre respondió que no lo
ducharan, que se moriría. Pero ¿cómo se
va a morir? Nadie se muere por baňarse, le
dijeron. El indigente insistió en que no lo hicieran.
Lo baňaron... Y se murió.
Tenía los medios, los médicos, pero no lo pudieron reanimar.
Yo entendí en MI que, aunque seas el mejor médico del mundo, debes
escuchar a la gente, todos somos
iguales, todos somos uno. Tus
pensamientos son lo más poderoso y creador del universo.
En este caso el vagabundo decidió que su alma abandonara su cuerpo si lo
baňaban y, sin que nadie pudiera hacer nada, se hizo su voluntad.
Esta es mi verdad y no la vuestra.
Gracias Gracias Gracias. Yo me amo yo os amo
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