jueves, 6 de marzo de 2014

ENFOQUE



¡Buenos días!  Feliz viernes.

Este es un caso de miedo sumado a motricidad, que es no querer ir pero tener que hacerlo. Lo que provoca una epilepsia.

Este cliente tenía 10 aňos y, para estar a la altura de los compañeros del colegio y no sentirse desplazado, se veía obligado a jugar al fútbol aunque no le gustase. Todas las semanas iba a entrenar y, cuando llegaban los viernes y convocaban a los jugadores para el próximo partido,  siempre lo dejaban fuera.  Al niño, todos los sábados, se le manifestaba un pequeño ataque de epilepsia. El domingo se recuperaba y a empezar la semana. Este proceso se repetía una y otra vez.

Cuando  hable con él, al preguntarle cómo era en el fútbol,  empezó a llorar. Me dijo que era un mal jugador pero que si no lo hacía no tendría amigos.  Intenté que me contara en qué era bueno y afirmó que con los ordenadores. Entonces, le hice entender que hay mucha gente que, sin necesidad de jugar al fútbol, era muy importante y, seguramente, habría otros deportes que le gustaría practicar. Le gustaba el tenis, así que debía elegir. 

Al cabo de unos  días le dijo a su madre que no quería ir más al fútbol, que jugaría al tenis y cambiaría de amigos.  Su madre dejó que él eligiera y, tras producirse el último ataque de epilepsia en esos días, ya no le ha vuelto a repetir. De esto hace un aňo.  Desde entonces el niño decide guiado por sus sentimientos.

La mayoría de las veces por miedo y competitividad dejamos de saber quienes somos y qué somos. Somos hijos de Dios , hijos de la fuente,  de la mente primordial , llamarlo como queráis... pero somos UNO.

Gracias, gracias, gracias.  Esta es mi verdad y no la vuestra.

Bendiciones a todos mis maestros y a todos vosotros.

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