lunes, 10 de marzo de 2014

QUERERSE



¡Buenos días!  Feliz martes.

Un día vino una clienta de 26 aňos de edad a la que, tras 6 meses de pruebas, no le podían diagnosticar con certeza lo que le estaba pasando.

Me contó que primero estuvo 3 meses con fiebre, fiebre de 38 y 40 grados que no le bajaba.  A continuación  empezó a tener problemas en las articulaciones:  tobillos, rodillas,  muňecas y codos.  Incluso le dijeron que iban a tratarla con quimioterapia. Tenía un proceso de degeneración de articulaciones muy importante.

Yo le pregunté si con todo eso  no sufría una aceleración de la sangre o una leucemia, ya que todo representaba una desvalorizacion de ella y me respondió que sí. Lo cual  me lo confirmó.

Me aseguró que hacía 4 aňos  estaba bien, que esto le pasó de repente,  así que le pedí que me contara qué pasó esos años atrás. 

"Tuve una pareja con la que no me llegué a casar  y me hacía sentir nula,  como un cero,  como una mirada...  Nos separamos pero  me llevo bien con él... Ahora, en febrero, terminamos de vender el piso que compramos para vivir."

Todos esos sentimientos eran ella, lo que se tenía que trabajar. Y le provocó dichas  manifestaciones en su cuerpo. Sufría una desvalorizacion para poder hacer, sujetar  o separar, en sus brazos. Y de no poder salir y tomar la dirección que le gustaría, en sus piernas.  Cuando hizo consciente  lo que le ocasionaba esos síntomas,  empezó un proceso de recuperación.  Hoy está bien, haciendo su vida con total normalidad. 
Gracias, está es mi verdad y no la vuestra.
Bendiciones, mis mejores deseos para vosotros.

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